Muchas especies animales tienen durante el periodo de acoplamiento una serie de comportamientos más o menos ritualizados. Frecuentemente implican la exhibición de características físicas, la producción de sonidos especiales o regalos a ofrecer al candidato. Este tipo de comportamientos se observan de forma más desarrollada en las aves.
El cortejo sexual aumenta la disponibilidad al apareamiento al aumentar la motivación sexual de los individuos. Paralelamente disminuye la agresividad intraespecífica entre los miembros de la pareja, y también entre todos los individuos para aquellas especies que se reúnen en manada durante ese periodo siendo fuertemente territoriales o solitarios el resto del año.
El cortejo sexual consiste generalmente en una mezcla ritualizada de acciones inicialmente relacionadas con el apareamiento, el ataque, la huida y con otras acciones relacionadas con la alimentación, la crianza, etc.